Para mí, el Yoga comenzó como una curiosidad, se desarrolló como un desafío y se superó como una vocación.
Después de varias experiencias en diferentes lugares, encontré un profesor acreditado del CPYOGA con quien comencé mi práctica de Hatha Yoga.
En 2010, ya practicante de CPYOGA, me inscribí en el Curso de Desarrollo de la Práctica Personal, donde aprendí que el Yoga es una disciplina que se extiende mucho más allá de la dimensión de la esterilla de práctica (sticky-mat). Aprendí a respirar.
El mayor desafío fue crear una rutina personal y, hoy, esta rutina es fundamental para mi equilibrio físico y mental.
Asistí al Curso de Formación de Instructores entre 2014 y 2017 para profundizar mis conocimientos, pero después de mi primera experiencia como instructor, me quedé enganchada!
Tener la posibilidad de compartir mi experiencia con rigor, ligereza y humor es un privilegio.
Desde la primera clase ha sido gratificante y motivador poder ayudar a cada alumno en su descubrimiento personal de los beneficios de practicar Yoga.