Yoga en vacaciones: trucos y artimañas para tener éxito!

Cuando llegan las vacaciones, deseas descubrir nuevos horizontes y romper con las rutinas. Ir a la playa, al campo, viajar a algún lugar desconocido o simplemente estar sin hacer nada. Es algo necesario, no sólo para recuperar energías, sino también, para dar un descanso a nuestra cabeza. Y sabe muy bien hacerlo!

Después de la primera “descompresión”, tu cuerpo y tu mente te piden para que cojas tu stiky-mat (tapete) y comiences a sentir tu cuerpo, escuchar tu respiración, tu Ujjayi, y conectes con tu esencia.

Ya sabes que, al terminar la práctica, sientes aquel bienestar tan agradable y recuerdas que siempre, vale la pena mantener tu determinación y perseverancia en la práctica de yoga. Pero  no transformes tus vacaciones en una auténtica aventura por causa del yoga, ten cuidado y evita las siguientes situaciones:

– Practicante de yoga compulsivo

Estos son una auténtica pesadilla para la familia!

En las horas de las comidas, complican la vida de todos con sus auto impuestas restricciones alimentarías.  Son unos adoctrinadores, quieren transformar a los amigos y a la familia en sadhus (monje hindú) comedores de alfafa, germinados de soja y otros manjares medio orientales extraños.

Complican los horarios relajados de las vacaciones, de la familia, con horas y horas de práctica de yoga que, por algún motivo surrealista, creen que deben cumplir.

– Practicante de yoga posesivo

Son aquellos que llevan todo el material de yoga, pagando peso extra en los aviones, o colmando el coche y la paciencia de la familia, pero que después dejan el material todo ordenadito en las maletas o en un lugar fijo, para practicar durante las vacaciones,  no utilizándolo después. Es decir, se llevan consigo el material, simplemente para que coja aire y pueda disfrutar también de las vacaciones!

En el fondo, gustan de aquella sensación reconfortante de tenerlo todo a punto, en cuanto que esperan el milagro de que la voluntad de practicar llegue. Pero la única cosa que llega, es el fin de las vacaciones y un montón de material de yoga para cargar a la espalda, al volver a casa.

– Practicante de yoga minimalista

Son aquellos que no tienen material, porque lo creen innecesario, o no llevan consigo el mínimo de material de yoga cuando salen de vacaciones.

Están convencidos de que, cuando tuvieran la voluntad de practicar, todo va a correr bien. Pero cuando esa voluntad llega, lo que tienen a su disposición es un suelo de piedra muy furo, o con moqueta (abrasivo y blando), o un suelo con alfombras que se deslizan y proporcionan caídas aparatosas y, algunas veces, graves!

Normalmente, resuelven la situación convenciéndose de que lo mejor es hacer unos pránáyámas o unas meditaciones, aunque en el fondo se trata simplemente de una fantástica disculpa para echarse unas grandes siestas en las tardes!

Practicante de yoga New Age

Son aquellos “cromos” que deciden ir en la línea del yoga alelado,  al aire libre, aquellos que extienden la toalla en la arena, a la orilla del mar, para practicar y muchas veces quemándose al sol. De esta forma consiguen impresionar al personal de alrededor, como si fueran seres especiales.

No hay nada más caricaturesco que ver a alguien con la cabeza enterrada en la arena haciendo sirsásana, a la orilla del mar, rodeado de bañistas mirones pasando a su lado!

O a alguien sentado en una toalla, en un “ Padmásana yogurt Yoplait “, con las manos en las rodillas y los ojitos cerrados, a la hora punta de calor! Sólo faltaría colocar en su cabeza un huevo a freír!

Otros, resuelven extender el stiky-mat sobre la hierba de un bonito jardín, teniendo una enorme dificultad en percibir que estos lugares no son los más adecuados. Sólo cuando las hormigas, moscas y cualquier  otro tipo de insectos comienzan a encontrarles interesantes, es que quedan con los pelos en punta e irritados, por no conseguir disfrutar de la tranquilidad de los pajaritos y el bienestar de la madre naturaleza.

Tal vez resulte aconsejable leer las indicaciones del Hatha Yoga Pradipiká relativas a las condiciones necesarias para la práctica , en vez de entrar en la escena de abrazar árboles, sufrir la escena del yoga de la luna, el yoga del sol, etc.

Las indicaciones siguientes son para todos aquellos que no forman parte de las categorías mencionadas arriba.

1º En cuanto al material de yoga

Sé práctico!

Simplemente, lleva tu stiky-mat de viaje y un cinto, tu ropa normal  de práctica y algún otro material si tuvieras una condición específica que exija su utilización.  No conectes el complicómetro, facilita tu vida y verás como todo va bien y eres mucho más feliz. Mantas, almohadas y sillas, vas a encontrar generalmente en cualquier lugar a donde viajes, no te estreses.

2º Horas para la práctica de yoga

Por la mañana:

Si de verdad te gusta practicar por la mañana, levántate temprano, cuando la familia esté durmiendo y haz tu práctica. Tiene algunas ventajas:

  1. No serás perturbado por los amigos y familia. A esa hora la casa estará tranquila y el principio del día es un momento fantástico para dejarte lleno de energía y buena disposición.
  2. Cuando todos se despierten, ya estará bien dispuesto, ligero, disponible para divertirte con los más dormilones. Además, les puedes hacer un mimo para el desayuno: unas ensaladas de fruta y unos zumos, lo mejor para un buen despertar y queden con buena disposición.

Al mediodía:

Será siempre una hora crítica para tu práctica.

La familia y los amigos tienen toda su actividad cerebral dirigida para llenar la barriga.

Difícilmente encontrarás sosiego y tranquilidad en la casa. Tendrás que ser muy creativo! O has alquilado un palacio, o tendrás que buscar un lugar alejado  del contacto con los amigos y la familia.

Podrías esperar a que todos acaben de comer y se vayan a disfrutar de un sueñecito, para comenzar tu práctica. Pero así te vuelves anti social, pues nos vas a compartir las comidas con ellos. Si decides practicar antes del almuerzo, tienes que organizar bien tu rutina para no perturbar el programa matinal de la familia y amigos.

En nuestra opinión, es la altura del día que más difícil resulta de organizar para la práctica. Si no tienes una gran capacidad de comunicación y flexibilidad mental, olvídate de este horario.

Final de la tarde:

Puede ser la mejor opción.

Mientras están bañándose o entretenidos con los preparativos para la cena y el paseo de la noche, no te echarán en falta. Puedes escabullirte para una zona tranquila o simplemente cerrar la puerta de tu habitación y dispondrás, seguramente, de una hora para practicar antes de que vayan a por ti.

Por nuestra experiencia, pensamos que es una hora en la que deberías intentar colocar tu práctica.

Final del día:

Tienes que esperar a que todos hayan salido a disfrutar de la “night” , o ya estén acostados, o entretenidos con algún programa.

Es conveniente que elijas una cena ligera, si pretendes practicar al final del día. Incluso, puedes conectar muy bien el final de la práctica con la entrada en las sábanas, para disfrute de una noche con un sueño reparador.

3º Otras opciones para la práctica de yoga en vacaciones

  1. Vete con un grupo de amigos que gusten de practicar y así tienes tu problema resuelto, pues podrán acordar entre todos las horas para practicar juntos, o a diferentes horas del día. Como todos son practicantes, saben respetar las rutinas y prácticas de los otros y, normalmente, se crea una atmósfera óptima durante las vacaciones.
  2. Tu compañero/a, también es practicante. De esta forma, los dos conseguirán respetar las rutinas durante la semana, para poder hacer la práctica y disfrutar de lleno las vacaciones planeadas.
  3. Vete solo/a de vacaciones y así no tendrás que dar explicaciones a nadie. Organizas tu práctica y  tus programas como mayor placer te proporcione y de la mejor forma. Ya tienes la experiencia de que ir de vacaciones en grupo, normalmente, acaba siendo muy cansado. Llegas a casa, de las vacaciones,  más cansado que cuando partiste para ellas. Es que tratar de ajustar las rutinas de un grupo no es ninguna broma. Si no tienes espíritu de grupo, no te metas en ello.
  4. Tienes niños a tu cargo: tus hijos o los hijos de tus amigos. No es ningún drama que no tenga solución, pero va a obligarte a tener mucha paciencia y flexibilidad mental. Prepárate para practicar a diferentes horas durante la semana.

Tienes que adaptar  tu práctica al contexto del día. Es una experiencia enriquecedora para tu self control y espíritu altruista.

Verás que al final de las vacaciones, todo es relativo y tu capacidad para resolver situaciones creció muchísimo. Confía en que después de esto, nada te va a perturbar. Incluso, es probable que ya estés “iluminado”, es decir, en Samádhi, después de unas vacaciones con un grupo de críos!

Consejos para tu práctica de yoga en vacaciones

Para simplificar  tu vida, lo mejor es establecer 2 ó 3 prácticas de ásana, de pránáyáma y de meditación, básicas.

Es conveniente seguir una rutina anteriormente establecida, en caso contrario te vas a encontrar con la sensación de mirar al stiky-mat, sin saber muy bien  lo que hacer. Puedes creerte que ello será el principio del fin de tu buena voluntad de practicar durante las vacaciones.

Sobre esas rutinas  podrás improvisar un poco, de acuerdo con las sensaciones del día, introduciendo o retirando alguna de las técnicas, de acuerdo con el tiempo y la disposición interior, propia de un tiempo relajado de vacaciones.

Si no tuvieras experiencia en autonomía, en tu practica, debes pedir a tu profesor/a un programa para las vacaciones, o pensar seriamente en inscribirte en un curso de desarrollo de la práctica personal del CPYoga. Este curso te proporcionará las bases necesarias para la práctica en autonomía, no sólo en vacaciones, sino en cualquier altura que creas apropiada.

Te deseamos unas fantásticas prácticas durante tus vacaciones y que vengas recuperado para un excelente recomienzo del año!
Si necesitaras de alguna cosa, estamos a tu disposición!